martes, 2 de julio de 2013

La Ludopatia en Play City NO es un JUEGO

"En el momento en el que tú estás sentada frente a la máquina del juego descargas endorfinas, si tienes dolor se te quita y tienes una sensación muy placentera, es como estar drogado con cocaína”, comenta, “está científicamente comprobado, cuando te enganchas a esta sustancia del cerebro que son endorfinas y no vas a jugar empieza el sufrimiento, no es lo que te inyectas, es tu cerebro el que te exige volver a tener esa sensación”.

Menciona el factor social-emocional: “La gente va a jugar porque tiene muchos conflictos sin resolver, problemas con los hijos, la pareja, el trabajo, el factor emocional es lo que te sienta, en la vida hay tantas cosas qué hacer como para que te vayas a un casino, la soledad en la gente potencializa necesidad de interactuar con una máquina.

“Hay muchas cosas muy impactantes, estoy hablando de temas hasta de prostitución, se da con una facilidad asombrosa, las señoras jóvenes que se acabaron todo, el agua, la luz y la despensa, se van bien arregladas a los casinos a ver que encuentran, hacen lo que sea con tal de seguir jugando, si eso implica prostituirse lo van a hacer”.

"X Señorita de Xalapa Veracruz, es una joven de 26 años, soltera, atractiva, profesionista, de familia acomodada… y ludópata.

 Comparte la adicción con su mamá. Ambas son localizadas casi a diario en el Casino Play City. El sueldo que percibe en una empresa local se va casi entero en el juego; no tiene más compromisos económicos, pues su padre provee casa y comida.
Las tarjetas de crédito de esta chica  están siempre al tope, apenas abona y libera algo de saldo para volver a sacar efectivo y jugar.

Las discusiones de la joven con su novio son por esta preferencia de ella al juego que a estar con él.
Pese a su posición se le ve con ropa desteñida y con un pobre cuidado a su imagen; dice que le duele gastar en ropa porque con ese dinero puede pasarse un rato de diversión frente a la máquina del bingo.

Fuma compulsivamente y al final la diversión se convierte en un sentimiento de fracaso.
  se reconoce como ludópata, ha buscado ayuda, pero no la ha encontrado, lo más cercano que se tiene son los grupos de Alcohólicos Anónimos que han tenido que abrirse a otras adicciones como esta.

“He buscado ayuda, fui con una sicóloga muy buena, pero no he podido salir, ya sé que estoy echando a perder mi vida, siempre estoy pensando en el juego, en la máquina del bingo, no me puedo sacar el olor del casino, los sonidos, las luces”, confiesa.

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